Recomendación Literaria: La Borra del Café. Mario Benedetti

Por: Alejandra De Lazaro

Benedetti, Mario (1992), La Borra de Café, Editorial Suma de letras

El ser humano a lo largo de su trayectoria personal va dejando huellas que, sólo puede conocer y reconocer a través de su memoria.

Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, mejor conocido en el mundo de las letras como: Mario Benedetti, escritor, novelista, poeta y dramaturgo, nacido el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, Montevideo. La figura más representativa en la literatura de Uruguay en la segunda mitad del siglo XX, junto con  Juan Carlos Onetti forma parte de la generación del ‘45. Su extensa obra literaria, abarca diversos géneros; novelas, cuentos, poesías que suman alrededor de 80 libros algunos de los cuales fueron traducidos a 25 lenguas, por mencionar las  más destacadas encontramos: La Tregua, Gracias por el Fuego, La Borra del Café, Inventario Uno. En su obra pueden diferenciarse dos periodos marcados por circunstancias vitales, así como sociales y políticos de Uruguay y del resto de América latina. En el año 2001 recibe el premio José Martí en reconocimiento a toda su obra, ese mismo año es investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de la República del Uruguay En 2005 fue galardonado con el Premio Internacional Menéndez Pelayo. Sus últimos trabajos fueron los poemarios Canciones del que no canta (2006) y Testigo de uno mismo (2008), el ensayo Vivir adrede (2007) y el drama El viaje de salida (2008).

La borra del café, es el residuo que deja el café en la taza y que es interpretada por una persona especializada en el tema. Este hábito es una tradición originaria del medio oriente y consiste en interpretar, partiendo de la borra del café de una persona, su pasado, presente y futuro.

Leer a Mario Benedetti en cada obra es sinónimo de goce, placer, pero a su vez es una invitación a la reflexión y el análisis haciendo eco en lo más profundo del hombre. La borra del café es una novela en prosa, llena de magia y de ficción, narrada en primera persona del personaje principal Claudio, que nos relata en 48 capítulos cortos su trayectoria existencial, recuerdos fragmentados que no llegan a formar una trama entre sí, pero que dejarán huella dentro de su niñez, adolescencia, hasta su adultez temprana. La historia estará ambientada en el Uruguay de los años treinta, Claudio es un niño de cinco años que junto a sus padres y su pequeña hermana se ven en la constante necesidad de mudarse de casa, en cierto momento este hecho hace que pierda la noción de la realidad. Capurro es uno de los barrios más significativos ya que en el vivirá las más grandes aventuras, al lado de sus grandes amigos: Norberto, Fernando y Daniel, personajes enigmáticos como el Dandy un vagabundo que vestía siempre con clase y su incógnita de hallarlo un día muerto, hecho que vendrá siempre a su memoria, la amistad con el ciego Mateo, la niña de la higuera Rita, sus apariciones y encuentros fugaces dentro de las tres etapas de su vida, la enfermedad y muerte de su madre el desconsuelo de hallarse huérfano.

La casa de la calle Capurro tenía un olor extraño.

Según mi padre, olía a jazmines; según mi madre, a

ratones. Es probable que ese conflicto haya

desorganizado mi capacidad olfativa por varios

lustros, durante los cuales no podía distinguir entre

el perfume a violetas y el olor a azafrán, o entre la

emanación de la cebolla y el vaho de las

inhalaciones

Benedetti nos muestra a un Claudio en su despertar e iniciación de la sexualidad, el encuentro con Natalia el amor de su vida y la lucha por desvanecer el enigma de Rita, durante el transcurrir de esos años nos muestra la experiencia y vivencia del protagonista con la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), haciendo que el lector sea parte de esa reflexión, indignación sobre el hecho que marcó a la humanidad, en general es una retrospección de la vida de Claudio, en la cual nos veremos reflejados en diversos capítulos.

No es que yo les tuviera especial simpatía

a los japoneses, pero me parecía algo atroz que miles de civiles murieran calcinados. Con qué rapidez los

norteamericanos habían aprendido de los nazis el sistema de los hornos crematorios. De Auschwitz a

Hiroshima, sin escalas.

2 Comentarios

    1. Muchas Gracias Elizabeth Reyes!
      Es gratificante y un verdadero gusto que sea de tu agrado nuestro trabajo, esperamos contar con tus opiniones en nuestras siguientes recomendaciones.
      Saludos Cordiales !!

      Me gusta

Deja un comentario